¿Has oído hablar de la moda rápida? Esta expresión ha ganado repercusión en los últimos años, la mayoría de las veces por razones que van en contra de los conceptos actuales de sustentabilidad.
La expresión Fast Fashion surge en la década de 1990, y surge como una forma de definir una práctica recurrente desde la década de 1970, que es la producción de prendas de poco uso y consecuente desecho.
En la práctica, funciona así: los fabricantes de ropa observan las tendencias de las grandes marcas y producen prendas similares, pero de menor calidad. Como resultado, la persona dispondrá de una prenda asequible, en un estándar estético similar al de las grandes marcas, pero de baja calidad, para usar pocas cosas. Poco después, la misma persona volverá a consumir otras prendas. Esto genera un ciclo acelerado de consumo y desuso.
El impacto ambiental del concepto Fast Fashion
Para que os hagáis una idea, una pieza producida en estos moldes se utiliza unas 5 veces solamente, antes de desecharse. Esto genera un 400% más de emisiones de carbono en comparación con las prendas comunes, cuyo uso es, en promedio, 50 veces.
Tras el final de su vida útil y su eliminación, la mayoría de estas prendas acaban en vertederos y basureros. A principios de 2022, se compartieron en las redes sociales fotos de una gigantesca montaña de ropa desechada en el desierto de Atacama en Chile. Según un informe de la BBC, hay aproximadamente 300 hectáreas de ropa desechada alojada solo en este vertedero textil real.
Pero el problema va más allá. Para producir las fibras textiles que componen estas prendas. es necesario extraer petróleo, deforestar, consumir altos niveles de combustible para transportar estos volúmenes. De todos modos, el concepto de moda rápida es extremadamente dañino para el medio ambiente.
Además, esta práctica genera un consumismo voraz por parte del público. Y eso, como sabemos, es malo para el planeta.
Una fibra textil muy utilizada en estas piezas es el poliéster, que tarda unos 200 años en descomponerse.
¿Y cómo evitar el concepto Fast Fashion?
En la práctica, deberíamos evitar el consumo de Fast Fashion si no queremos que se convierta en un problema aún mayor.
Investigadores de la Universidad de Columbia y la Universidad de Georgetown publicaron un artículo en el que abogan por el consumo de artículos más caros y con una vida útil más larga.
En otras palabras: en lugar de gastar con frecuencia en prendas casi desechables, lo que se sugiere es ahorrar lo que se gastaría para invertir en mejores piezas.
La situación del mundo con respecto a los recursos naturales es preocupante. Si bien hablamos de la necesidad vital de hábitos sostenibles, el concepto Fast Fashion va a contracorriente, incitando al público a consumir sin freno.
En ECO Strap, las correas duran aproximadamente 10 años. Una vez finalizada su vida útil, pueden reciclarse al 100%, sin necesidad de extraer nuevos recursos naturales. Defendemos una mayor investigación sobre el consumo de cada uno de nosotros.
Reutiliza tu ropa que está en el fondo del armario, dale una nueva oportunidad a la ropa vieja. ¡Ten cuidado!
Créame, los necesitamos a todos para construir un mundo más sostenible. Las futuras generaciones te lo agradecerán.